jueves, 27 de septiembre de 2012

Purgandus fabularum: Total recall

La verdad es que empiezo a sospechar que me gusta la marcha. Que soy un masoquista, vamos. Porque, ¿cómo se me ocurre siquiera echar un vistazo a otro remake?


¿Que qué es real? El real coñazo de verla


Si no has visto la original, o creciste en Laponia o tienes menos de veinte años; en ambos casos, la solución es muy sencilla - descárgate la original y échale un vistazo. A riesgo de parecer un viejuno, he de clarificar desde el principio que la peli original es me-jor. Lo escribo así, porque lo diría así: me-jor.

Primera gran diferencia: la antigua era un mero vehículo para mayor gloria de Schwarzenegger, mientras que la nueva lo es para los ordenadores con los que se pergeñó. ¿Esta razón hace mejor la de los '90? Pues fíjate, sí. Mira que Schwarzenegger es mal actor y facha, pero sus películas tienen un je-ne-sais-quoi delicioso, socarrón y vacilón.


"¿Ves? Parece que estoy posando, pero te estoy haciendo un corte de mangas"


Estoy un poco harto de intentar ver una película y al final tragarme un videojuego. Este, y otros detalles, me hacen sentir muy mayor, y afianzar mi opinión de que esta (y muchas otras) tiene como público objetivo a los adolescentes. Lo cual en sí no es malo, claro. O sí, oye.

Segunda gran diferencia: ¿Por qué la colonia con ínfulas independentistas tiene que estar en Australia, en vez de en Marte? Marte mola, Australia es ovejas y pseudo-Ingleses surfistas. Además, ¿se ha visto mayor gilipollez anti-científica que lo de ir desde Europa a Australia atravesando el planeta? Con cambio gravítico a medio camino, por cierto. Hasta Julio Verne se partiría de risa ante semejante chorrada. Remata la función lo de los androides de chichinabo, que de verdad parecen un aditamento de última hora (¿Toyota financió parte de la película?).

Tercera gran diferencia: El elenco. Bueno, a la fuerza, porque no veo a Sharon Stone y Arnold S., con sus caras apergaminadas, corriendo y saltando.


 
 
El vasto registro interpretativo de Colin empuñando una pistola

El bueno de Colin Farrell se pasa toda la película pretendiendo sufrir una crisis de identidad, pero al final, la resuelve como se debe: a hostias. No entiendo muy bien el éxito de este payo: no es muy guapo, es mal actor, de pelambrera escaso...

Luego tenemos a Kate Beckinsale, en el papel original de Sharon. En la antigua, ésta no duraba ni un avance de telediario, pero en la nueva pensaron que había que sacar rentabilidad al entrenamiento ninja de la chiquilla. Para los despistados, esta actriz se ha especializado básicamente en soltar galletas con todos los medios a su alcance, como bien ha demostrado en la infumable serie de pelis "Underworld".

Bryan Cranston interpreta a Cohaagen, el malísimo presidente o dictador o generalísimo. Qué actor más mal aprovechado en este bodrio; este buen hombre viene de series como "Malcolm" (serie que, aunque tiene sus años, sigue siendo muy visible por la mala leche que destila) y "Breaking bad", en las que sí demuestra lo que es ganarse un sueldo.

Esto, por cierto, demuestra una tendencia en las últimas producciones de Hollywood: aprovecharse del éxito de las series y explotar la cantera que se está creando. Lo lleváis crudo, troncos, con estos guiones.

Por último, comentar que los inteligentísimos productores han colado un par de guiños para los talluditos que suframos esta versión. Lectores perspicaces, a ver si detectáis uno de ellos...


No es lo mismo tres tazas de té que tres tetazas


Y ahora sí, de verdad, lo ultimísimo: el filón que es Philip K. Dick. El admirado autor de ciencia ficción de precario equilibrio mental no se comió un torrao en vida (en el plano económico, quiero decir), pero en las tres últimas décadas no han parado de "homenajearle" en Hollywood. No sé quién se beneficia de todo esto, aunque lo sospecho. Además, ya podrían tener un poco más de tino con la "adaptación" de los títulos de sus historias para la gran pantalla... "Total recall" es en el original "We can remember it for you wholesale", en cristiano "Podemos recordarlo por usted". "Blade runner" es "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?". "Screamers" era "Second Variety"... ¿Y nos quejamos de cómo cambian en España los títulos?

Veredicto: Como en la película, pagaría para que alteraran mis recuerdos y borraran este petardo de mi mente. Más mala que pegar a un padre con un calcetín sudado. Viva lo retro.

martes, 18 de septiembre de 2012

Purgandus libri: Crypts and Things

Yo también he entrado en la moda de los retroclones.

Bueno, ya me siento mejor; es como cuando un alcohólico va a las reuniones de AA.

Lo que C&T promete desde la portada: mucha piel y muchas tollinas

¿Por qué, de entre los miles de "homenajes" a d&d he elegido éste? Porque me ha dado en mi punto flaco: la espada&brujería (sí, con "&" y junticas ambas palabras; no me preguntéis, soy un mero transmisor). Ya el DCC RPG me atrajo por esto mismo, y aunque es cierto que captura con mucho acierto el sabor de historias como las de Conan, Kull, el ratonero gris y Elric, falla porque mantiene anacronismos como el clérigo y los semihumanos (al clérigo ya le di un repaso en otra entrada, prometo hacer lo mismo con las otras). Me sangran los ojos al leer al halfling como clase en el DCC; que sí, que vale, que estaba en el señor de los anillos, pero es más blando que la mierda de pavo. Yo quiero cachas sudorosos y tétricos hechiceros. Sí, sigo hablando de rol.

"¿¡Cómo dices!? ¿¡A quién estás llamando profundo!?" 

El juego usa las reglas de Swords & Wizardry, que son gratis y que básicamente homenajean (copian, en fino) al primer d&d. Pero sobre estas reglas, añade y omite un buen número de elementos, que a mi parecer son un auténtico acierto...

- Aquí se van a acabar las tonterías. Bárbaro, guerrero tuneable, pícaro y mago. Se acabó. Ya basta de tanto elfo y tanto clérigo. Como dice el autor, las clases deberían ser evidentes cuando roleas, no por cuatro numerajos en una hoja. Es muy interesante que el mago pueda elegir varios caminos: hay conjuros de magia blanca, gris y negra... los últimos te vuelven loco (sí, hay subsistema de locura), los grises te consumen (pierdes PV) y los blancos... pues te dejan fetén. Así, si tiras más por el rollo apoyo y curandero, buscarás hechizos blancos, y según te vayas deslizando hacia la gochonería y la maldad, pues eso, a lo negro.

- ¿Este muñón? ¡Solo es un rasguño! Los PV reflejan cansancio, moratones y desmoralización. Cuando llegas a 0, pierdes puntos de CON: empieza a preocuparte, te están apalizando. Cuando pierdes toda tu CON, pasas a ser parte de la decoración del dungeon. De esta forma, recuperar los PV si no has perdido CON es fácil - un trago a una bebida fuerte, por ejemplo, te devuelve 1d4. ¿Puede alguna regla molar más? Un descanso prolongado, y ya estás listo para hender cráneos de nuevo. Pero los puntos de CON... pues a guardar cama, chato.

- Los horrores insondables de la oscuridad incognoscible. Amigo Lovecraft, cuánto das de sí. Si piensas que la visión de un punky sobre el mundo es deprimente, espera a oír la del típico mundo de espada&brujería. El humano es un simple accidente, rodeado de seres que nada saben de moralidad o la declaración de la renta. Mundos y dimensiones oscuras y terroríficas nos rodean y ocasionalmente vomitan su inmundicia a nuestro terruño. Vale, vale, al grano voy: cuando te enfrentas a seres o situaciones más allá del espacio y el tiempo, toca tirada de salvación. Lo que vas perdiendo, estimado aventurerillo mío, es salud mental (igual a tu sabiduría), pero si agotas la susodicha, perderás puntos de la misma. Hasta volverte lóquer. Y mira que los sanatorios mentales están fatal en estas épocas...

- Te cambio mi espada +3 matamonjas por tu capa de camuflaje ártico. Se acabó el mercadillo de una vez. ¿Qué es eso de convertir los objetos mágicos en quincalla made in china? Aquí todos tienen su retorcido nombre, su divertida y sangrienta historia y su doble filo. Que no empezamos a jugar a esto para llevar la contabilidad fiscal de un dungeon, por Crom.

- Estoy seguro que después del desierto hay un glaciar. Y, por supuesto: el mito del "sandbox" y de las campañas comunales. Aquí, majetes, tenemos que arrimar el hombro todos: el mundo es un mero esbozo que se va perfilando con la colaboración del director de juego y los jugadores. Olvídate de tomarros que describen cuál es la economía de hasta el último pueblo y cómo se llama el pocero local. Se hace camino al andar.

Y, haciendo honor a las historias en las que se basa, el juego ocupa ciento cincuenta páginas. Espera, lo pongo en número: 150. Sí, tiene bestiario (aunque te animan a crear tus propias criaturas, claro) y una aventura introductoria. Y cuesta menos de 10 €.

 Busque, compare, y si encuentra algo mejor...

Aquí os dejo el enlace a la página de estos majetes hijos de la Gran Bretaña. Para que luego digan que tenemos manía a lo británico... al fin y al cabo, son los que mantienen el negociete del turismo, ingratos.


Veredicto: A pesar de faltas de ortografía y algunas erratas (no son lo mismo, ¿verdad?), este libro es un ejemplo. Es fiel a sus fuentes y a sus medios, y contiene ideas y sugerencias para estar jugando hasta que nos devore un dios de más allá de la oscuridad entre las estrellas titilantes. Que ya va siendo hora, por cierto. Muy recomendable.