Junto con los dados y las miniaturas, las hojas de personaje son la máxima expresión del fetichismo rolero. No sé cuándo surgió la necesidad de que dieran hecho el trabajo que un jugador aplicado y entusiasta debería hacer él mismo. La primera edición del d&d ni habla del tema, pero ya en la de Moldvay en el 1981 está la clásica fichica que vimos en la famosa caja roja en castellano. ¿Qué pasó en esos años? Quizá como a nuestro querido presidente Marianico el corto: que empiezas a garabatear, emborronar y dibujar y al final ni tú mismo entiendes tu propia letra. O quizá que la mayoría de los directores de juego somos unos obsesivos del orden y el control en la mesa de juego.
Durante una de esas (desafortunadamente escasas) partidas al Dungeon Crawl Classics en las que terminas hablando de todo un poco, un buen amigo comentaba lo poco que han evolucionado las hojas de personaje, que siempre suelen ser como un formulario burocrático. Es cierto, son poco intuitivas - a los que hemos empleado miles de tardes repasándolas y manoseándolas en vez de salir y drogarnos como la gente de bien nos es fácil, pero para los neófitos es un horror. Él planteaba un formato en el que la información más importante estuviera en el centro, y la secundaria fuera irradiando desde ahí.
[caption id="" align="alignright" width="400"] ¿No da un gustito especial perder el tiempo de esta manera?[/caption]
Buena idea, ¿verdad? Bueno, pues entonces llegué yo y la lié hasta lo indecible. Aunque dibujo de una manera bastante mediocre, me obstiné en hacerlo a mano y luego añadir las etiquetas a máquina, usando la fuente Duvall, la misma que han utilizado en el manual de DCC para los títulos.
He añadido la hoja de personaje para DCC (a partir de ahora, Clásicos del Mazmorreo) y un archivo comprimido con el tipo de letra Duvall en una página aparte. Sí, sí, lo sé: faltan tildes en algunas palabras. No soy de la generación ESO, y de hecho soy un talibán de la ortografía, pero me encanta el tipo de letra (y está limitada al alfabeto Inglés). Así que una tarea para los jugadores en cuanto las reciban: poner las tildes donde hagan falta. Los que no lo sepan, no merecen sentarte en tu mesa, hombre.
Por cierto: en un principio, iba a ser cuadrada (qué original y qué indie, ¿eh?), pero luego me di cuenta de que era la peor forma de malgastar un buen trozo de papel. Así que reservé ese espacio para el equipo, y quien quiera que lo doble. Una hoja con solapa. Si es que no paro de innovar...
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