Como comentaba en mi anterior entrada, nunca he sido un gran seguidor del mundillo de los súper-héroes. Llegué tarde al universo de los cómics, y aunque intenté con ahínco sumarme a la innumerable procesión de tebeos de DC o Marvel, me costaba tragar con los líos folletinescos entre superhombres y supermujeres, guiones delirantes y lisérgicos (nombradme un súper-héroe que no haya muerto y resucitado al menos una vez), spin-offs y crossovers, uniformes ridículos, y moralina Estadounidense.
Con la llegada de los efectos especiales de ordenador a cascoporro, hemos podido ver en los últimos diez años más películas sobre gente con mallas de colores que en todo el siglo anterior; sí, se llevan haciendo desde que hay cine, pero revisad el Batman de Tim Burton o la serie de Spiderman para televisión sin tratar de reíros, anda. Aunque, por otro lado, la reciente Los vengadores parece en ocasiones más un videojuego que una peli.
Me tropecé con Chronicle, estrenada el año pasado sin pena ni gloria, por pura casualidad; curiosamente, la usé con fines distintos al ocio puro y duro, ya que sabía que trataba sobre temas ligados a la adolescencia y al buen o mal uso del poder. Lo que me encontré me sorprendió muy gratamente: un acercamiento al mundo de los poderes sobrehumanos sin el filtro del cómic, una visión con vocación realista (bueno, todo lo realista que puede ser que un tipo pueda volar sin ayuda de un aparato) y que se centra en las consecuencias de poseer una capacidad que te separa por completo del resto de los humanos.
Sin entrar en el destripamiento puro y duro: tres chavales de instituto (uno de ellos, como no podía faltar en una peli Estadounidense, con problemas de acoso y autoestima) husmean en un bujero y encuentran más de lo que hubieran deseado nunca. Dotados de súper-poderes telequinéticos por arte de birlibirloque, descubren que sus capacidades sobrehumanas progresan a un ritmo endiablado, y que realmente el límite de lo que pueden llegar a hacer lo marca su propia moral (toma ya, qué profundo ha quedado).
[caption id="attachment_1009" align="alignright" width="300"] "Chico, qué tarde se me ha hecho, me voy volando"[/caption]
El director, Josh Trank, es un novatuelo total que escribió la historia en dúo con Max Landis, otro recién llegado al sarao cinematográfico. Eligieron un formato peculiar para contar su relato, pero ya para nada original (y que es de donde procede el título de la película, crónica): el falso documental. El protagonista del film es el supuesto artífice de la grabación de los hechos que se narran (aunque en ocasiones en las que es imposible justificar la presencia de su cámara se recurre a móviles que hay por ahí e incluso a una vídeobloguera), un muchacho, por decirlo finamente, bien jodido. No tengo nada que decir a favor o en contra a esta manera de filmar que puso en el candelero El proyecto de la bruja de Blair; en ocasiones resta y en otras suma. A veces parece forzada (¿qué pinta un chaval tímido, introvertido e inadaptado grabando a todo el que se le cruza?) y otras fluye con naturalidad. Aunque este recurso marca el título de la peli, sospecho que si se hubiera grabado de una forma más estándar el resultado hubiera sido similar. En fin, habrá que preguntar a Garci.
¿Qué hace que esta película sea especial? Cómo plasma, de forma muy realista y plausible, el cambio que podría sufrir una persona al detentar un poder que le aparta por completo del resto de sus congéneres. Cómo diferentes personas tomarían caminos distintos. Cómo sería imposible volver a llevar una vida normal. Cómo, por desgracia, el poder corrompe. Cómo narra un relato de superhombres sin recurrir a clichés, a disfraces de nailon, o a personajes bidimensionales buenisísimos o malisísimos.
Para ser justos, sí que hay precedentes en este pequeño nicho fílmico. Me vienen a la mente principalmente El protegido, la única película de Shyanmalan que me ha parecido mínimamente decente, aunque también podrían valer El cortador de césped o incluso la bastante infumable Jumper. Y si queréis que me ponga en plan indie, la francesa Un profeta muestra lo mismo pero sin súper-poderes ni tontás similares. Al fin y al cabo, los humanos hemos fantaseado desde siempre con este asunto (¿qué son personajes míticos como Hércules, Gilgamesh o Rama si no superhombres?)
Veredicto: Es a partes iguales teen movie, peli de acción, y estudio psicológico, en un solo paquete; casi hay algo para todo el mundo. Ah, y transcurre en Seattle, ese sitio alegre y dicharachero. Que van a desgastar Manhattan de tanto sacarla en películas, copón.
Las imágenes provienen de IMDB y de la página web oficial de la película
Si te mola el tema de la gente con podres pero alejado de lo típico te recomiendo la serie británica Misfits, sus dos primeras temporadas son geniales y solo son 6 capítulos por temporada. Tiene bastante humor negro, algo de drama y toque british que lo hace diferente.
ResponderEliminarLa serie Misfits está muy bien, pero me gusta mucho también la serie "Heroes" (aunque los protas sean los típicos "pij@s guap@s american@s"), por la diversidad y originalidad de los poderes de algunos personajes... ¿A quién no le gustaría tener un super-poder? eso sí.. ¿cual? ;)
ResponderEliminarGracias por el apunte, compañero. Efectivamente, es otro ejemplo destacable.
ResponderEliminarPues sí, al menos la primera temporada es bien maja.
ResponderEliminarTú el poder lo tienes claro: el teletransporte. :D
Yo no te voy a recomendar una serie de superhéroes, sino otra película rodada como falso documental: Europa Report. Trata de un grupo de astronautas que van de misión a Europa para investigar si hay vida extraterrestre en la luna. Es de esas películas de ciencia ficción que hacen más hincapié en la primera palabra que en la segunda.
ResponderEliminarChronicle ya la estoy "comprando", a ver si la veo un día de estos.
No la conocía, muchas gracias por la información. Me dispongo a alquilarla en el videoclub.
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ResponderEliminarAhora mismo los chavales están deseando mostrarse haciendo cosas en youtube ( "EH, MIRA! HAGO COSAS!!!")
Me ha gustado la referencia que haces a "un profeta". No tiene super-poderes, pero es un super héroe. En "los barrios" estos personajes como el prota de 'un profeta' son venerados como auténticos Aquiles.
P.D: Y EL CORTADOR DE CESPED!!! tengo que volver ha verla...
PPD: Eso que dice @Eriol sobre "Europa report" suena muy suculento... mmm.
Sí, cierto es lo de la chavalada tratando de salir a toda costa en una pantalla, pero ser tú el que grabas...
ResponderEliminares una película que podría haber funcionado sin la excusa de la cámara, opino.