"Agggh, ¿por qué has tenido que liarte con una humana?"[/caption]
James Raggi etc. debió ser un auténtico tocapelotas en el colegio. No me cabe la menor duda. Seguramente era el típico que hacía las preguntas que el profe no sabía responder, ponía en ridículo a niños mayores que él, y aunque parecía que ni hacía caso sacaba notazas. No es por lo tanto extraño que haya cosechado tantos seguidores como detractores, y que al final, aunque quizá lo que él quiere es una vida sencilla y jugar al D&D Next, las expectativas le fuercen a ofrecer aventuras y módulos cada vez más sangrientos, más retorcidos, más sádicos, más llenos de ilustraciones desagradables. No sorprendo a nadie al recordar la polvareda que levantó su propuesta para el día del rol libre de este año: un mecenazgo para financiar una aventura que después sería ofrecida en las tiendas de forma totalmente gratuita. Hubo mucha gente que no lo entendió (¿me pides pasta para poder regalar tú, que eres editor, un libro?), hubo peña que se medio cabreó, y otra que decidió apoyarlo (en parte, supongo, porque a cambio te llevabas varios pdfs). El gran día llegó, y aunque el librico tiene un indicativo bien gordo y rojo advirtiendo sobre su contenido y limitación de edad, algunas tiendas lo retiraron para no ofender al público mas joven. Ojalá en las tiendas de videojuegos fueran tan meticulosos, o en los estancos, o en algunas discotecas; parafraseando a la mujer del reverendo Lovejoy, "¿¡Es que nadie va a pensar en los niños!?".
Hay algo que sí critico abiertamente, tanto de esta aventura como las que Goodman Games ofrece en sus Free RPG Day: pasado dicho día, hay que pagar para conseguirlas. No lo entiendo. Es cierto que en el caso de Better than any man, la opción era paga lo que quieras, y lógicamente puedes elegir no pagar nada. Yo, tonto e iluso de mí, pensaba que una vez liberas una publicación para mayor loor y gloria del rol, lo suyo sería dejarla libre también en formato digital, para que volara cual pajarillo sobre los torrents, dropboxes y similares.
En fin, al turrón. 1630, Europa del norte. El rey, o emperador, o lo que fuera, Gustavo Adolfo II de Suecia (segundas partes nunca fueron buenas), se ha envalentonado y se dispone a invadir Alemania, aka el sacro imperio germano, y darle p'al pelo a los católicos; ya que está, se ha propuesto encontrar y erradicar todo rastro de hechicería. En medio de todo el follón, los pobres PJs deambulan por una campiña sandbox repleta de pueblos, villorrios, encuentros aleatorios (joder, nunca mejor dicho, desde insectos invisibles hasta bandidos montando un hoax), torres infinitas, y mazmorras que albergan dioses prehumanos. Esto es, básicamente, lo que ofrece esta campaña (180 páginas, formato A5) con un contexto histórico y un desarrollo batiburrillesco.
[caption id="attachment_1053" align="alignright" width="212"] "Tal que así es la entrada de la caverna, ¿qué hacéis?"
"Dar la vuelta y correr, por supuesto"[/caption]
Raggi defiende el emplazamiento histórico y físico alegando que, sobre un trasfondo casi realista, lo fantástico u horrible destaca mucho más que en un entorno donde lo más normal es tropezarte con desuellamentes esclavistas, elfos negros torturadores, y aboleth zombificadores. Le está gustando esta forma de orientar sus módulos: The magnificent Joops Van Ooms y Tales of the scarecrow ya usaban lugares y tiempos de la historia Europea. Incluso The god that crawls, esa mazmorra delirante, tenía como referencia la Europa post-edad media. A mí lo que me parece es que tras su huida a Europa, leer sobre nuestra oscuro devenir ha supuesto una mayor fuente de inspiración que todo el trillado apéndice N. Sí, amigos, la realidad siempre, siempre, supera la ficción.
¿Qué pintan los personajes en esta campaña? Nada. No, en serio, nada. El mismo James lo dice: "si tus jugadores necesitan una razón para estar en este momento y lugar, vaya birria de jugadores tienes; todo lo que necesitan es la oportunidad de aventuras y ganancias". Y tiene toda la razón del mundo. Este autor nunca se ha complicado la vida elaborando complejas tramas o ganchos para empujar a los PJs a iniciar una de sus aventuras; y ahí es donde su herencia old school brilla con más fuerza. De todas formas, el meollo de la cuestión se halla en una localidad llamada Karlstadt, donde un enigmático grupo de hechiceras se ha hecho con el poder (las siete), y van a plantar cara al invasor. Se han organizado, han creado una milicia, y abogan por el fin de la violencia, de las religiones, y de levantarse antes de las nueve. Acompañadas de extrañas criaturas (extrañas se queda corto, creedme) y con el apoyo de gran parte de la población pero con la total enemistad de las tropas de Gustavo Adolfo II, este curioso grupo y el enclave donde habitan es el eje del libro, pero para nada todo lo que puede ofrecer. Y no digo más, aunque no tengo ningún escrúpulo a la hora de destripar aventuras.
¿Qué decir sobre la calidad de este abultado producto? Si te gusta lo que ha parido o auspiciado este hombre hasta ahora, no te decepcionará esto. Es decir: encuentros descompensados, alta mortalidad, acertijos surrealistas, tesoros con doble filo. Los jugadores somos gente curiosa, como bien sabe Raggi, y metemos las narices en todo lo que se nos ofrece; él juega con esta certeza y brinda una serie de escenas (por llamarlas de alguna forma) donde la posibilidad de salir mutado, desmembrado, devorado, aumentado, o simplemente desplazado a otra dimensión o tiempo son altamente probables. Y bien merecido, por cierto. ¿Es algo nuevo o sorprendente? No en el imaginario y trayectoria de Raggi. ¿Funciona la fórmula? Probablemente sí; lo siento, no lo sé, nunca he dirigido o jugado sus aventuras. A mí, he de decir, me gusta, al menos sobre el papel. ¿Es para rasgarse las vestiduras el nivel de violencia, sexo, y ganitas de vomitona? Si eres una monja ursulina o nunca has posado tus ojos sobre un producto de esta editorial, posiblemente te incomode en algún momento; en cualquier otro caso, para nada.
Veredicto: Si pensar en la historia de principios del siglo XVII en el norte de Europa te da ganas de dormir, te sorprenderá gratamente lo que un poco de sadismo bien empleado puede cambiar tu forma de verla. Aderazado todo ello con magníficas ilustraciones, mazmorras sin mucho sentido pero repletas de trampas entretenidas, y criaturas puñeteras y únicas, queda un conjunto poco común y difícil de catalogar. Obviamente, lo que pretendía Raggi.
Las imágenes han sido obtenidas del blog del editor, lotfp.blogspot.com
Tengo un problema con LotFP y es que tengo la certeza de que sólo por como plantea las cosas este señor y el estilo de partidas que promulga (así como ilustraciones y demás) me va a gustar lo que tiene, pero como el juego es OTRO RETROCLÓN MÁS es que me tira para atrás cosa mala.
ResponderEliminarSi tuviese sistema propio todavía... pero nada, un asco, como la novia del pulpo ese.
Yo fui de los que no encontraba sentido al crowdfounding para la publicación de un producto gratuito. Y ahora no tengo ningún reparo en comerme mis palabras.
ResponderEliminarPensaba que lo que sacaría sería el típico libreto de escasas páginas con algún escenario breve que hiciera algo de gracia. Algo que fuese más publicidad que contenido. Y cuando encontré lo que había distribuido gratuitamente, me quedé muy sorprendido, la verdad.
El libro me gustó mucho. Me pasa un poco lo que a Terrax, si ya tengo un retroclón, no me apetece hacerme con otro. Pero la parte buena es que estos sistemas son tan sencillos que ocupan muy poco espacio del texto, y creo que se podría realizar una adaptación a cualquier otro juego sin perder nada por el camino. Lastima que mis jugadores no sean precisamente del gusto de estas cosas...
Fíjate, creo que es el único retroclón que puedo salvar de la quema. En serio. Lo tengo y me encanta; hay una versión gratuita (sin ilustraciones) en la página web de Raggi, échale un vistazo. Además, como comenta Cronista abajo, es fácilmente adaptable.
ResponderEliminarSolo tengo experiencia con los productos del free rpg day de Goodman, y aunque es cierto que son escasos en páginas, derrochan calidad por los cuatro costados.
ResponderEliminarRaggi lo dice en la introducción de este módulo: se han pasado por el arco del triunfo que sea breve, que incluya las reglas básicas del sistema en el que se encuadra, y que sea para todos los públicos. Y muy bien, oye.
No sé, yo sí tengo problemas con la línea gráfica. Este sólo lo he hojeado, pero el Death Love Doom no tengo huevos a imprimirlo en la empresa, mucho menos a tenerlo circulando por casa.
ResponderEliminarDesde luego no es para nada políticamente correcto, aunque este último solo tiene una ilustración problemática. Pero bueno, lo mismo podemos decir de revistas porno, pelis violentas, etc.
ResponderEliminar[…] Una reseña sobre el polémico producto de James Raggi. Podéis verlo aquí. […]
ResponderEliminar